martes, 17 de diciembre de 2013

No sin evidencia

Con un poco de retraso me uno al manifiesto, con total convencimiento desde el primer día de la iniciativa. Me parece que la relevancia adquirida por este asunto es justificada. Los "alópatas" debemos evitar que la fe se venda como un acto médico. No dudo que la homeopatía tenga un hueco social, pero este no está en las consultas médicas o en los Colegios de Médicos, sino en puestos de mercadillo y en teletiendas y la programación nocturna de telecinco.



MANIFIESTO

La evidencia científica es uno de los pilares sobre los que se asienta la medicina moderna. Esto no siempre ha sido así: durante años, se aplicaron tratamientos médicos sin comprobar previamente su eficacia y seguridad. Algunos fueron efectivos, aunque muchos tuvieron resultados desastrosos.

Sin embargo, en la época en la que más conocimientos científicos se acumulan de la historia de la humanidad, existen todavía pseudo-ciencias que pretenden, sin demostrar ninguna efectividad ni seguridad, pasar por disciplinas cercanas a la medicina y llegar a los pacientes.

Los firmantes de este manifiesto, profesionales sanitarios y de otras ramas de la ciencia, periodistas y otros, somos conscientes de que nuestra responsabilidad, tanto legal como ética, consiste en aportar el mejor tratamiento posible a los pacientes y velar por su salud. Por ello, la aparición en los medios de comunicación de noticias sobre la apertura de un proceso de regulación y aprobación de medicamentos homeopáticos nos preocupa como sanitarios, científicos y ciudadanos, y creemos que debemos actuar al respecto. Las declaraciones de la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) asegurando que “no todos los medicamentos homeopáticos tienen que demostrar su eficacia” y que “la seguridad no se tiene que demostrar con ensayos clínicos específicos” no hacen sino aumentar nuestra preocupación.

Por lo tanto, solicitamos:

  1. Que no se apruebe ningún tratamiento que no haya demostrado, mediante ensayos clínicos reproducibles, unas condiciones de eficacia y seguridad al menos superiores a placebo. La regulación de unos supuestos medicamentos homeopáticos sin indicación terapéutica es una grave contradicción en sí misma y debe ser rechazada. Si no está indicado para nada ¿para qué hay que darlo?.
  2. Que la AEMPS retire de la comercialización aquellos fármacos, de cualquier tipo, que pese a haber sido aprobados, no hayan demostrado una eficacia mayor que el placebo o que presenten unos efectos adversos desproporcionados.
  3. Que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y el resto de autoridades sanitarias persigan a aquellas empresas que atribuyen cualidades curativas o beneficiosas para la salud a sus productos sin haberlo demostrado científicamente.
  4. Que el Consejo General de Colegios de Médicos de España / Organización Médica Colegial, en cumplimiento del artículo 26 del Código de Deontología Médica, desapruebe a los facultativos que prescriban tratamientos sin evidencia científica demostrada.


domingo, 15 de diciembre de 2013

El sistema MIR

Esta semana hemos tenido una reunión de tutores de residentes de cirugía en la que hemos pasado revista al último año en la docencia del servicio, tanto con nuestros rotantes como con nuestros propios MIR. La reunión derivó en un aquelarre de ideas, quejas y sugerencias que resultaron muy interesantes.

A nuestros políticos y gestores se les llena la boca diciendo que nuestro sistema es excelente y que nos lo copia todo el mundo, pero mi percepción es un poco distinta y creo que el MIR necesita cambios urgentes para adaptarse a la realidad actual.


Prueba no selectiva
El examen MIR ya no es la prueba selectiva en la que entraban los más preparados; ahora es un examen para confeccionar una lista para el orden de elección de especialidades/hospitales, nada más. Todos entran. No es preciso estudiar para pasar, y yo he conocido compañeros extranjeros que han pasado, literalmente, sin siquiera conocimientos básicos de español como para entender el examen. Esto, que al parecer ya es imposible, al menos prueba que entran médicos sin demostrar los conocimientos mínimos exigibles para el puesto al que aspiran. No estaría de más establecer una nota de corte, unos conocimientos básicos para entrar.

Empezar es acabar, la aptitud
Es muy difícil que un residente que empieza una especialidad no termine el periodo formativo por falta de conocimientos o imposibilidad para ejercer la actividad médica. Las comisiones de docencia, ya sea por dificultad real de suspender el periodo de residencia o por dejadez, tienen muy dificil expulsar a un MIR que ha comenzado una especialidad. He visto acabar a un esquizofrénico que no hizo ni una sola guardia en sus dos últimos años de una residencia de tres porque su enfermedad empeoraba con las guardias. Sin entrar en si una persona con una enfermedad psiquiátrica ciertamente incapacitante, como era en este caso, puede ser especialista médico, lo que es evidente es que la formación de este compañero estaba, al menos, incompleta. O el otro caso de un árabe sin conocimientos de español que era un verdadero peligro pero al que se protegió (y a sus pacientes) de tal forma que estuvo trabajando dos años y medio hasta que fue expulsado.

Evaluación de conocimientos
Si el examen no discierne quién sabe y en la residencia no suspende nadie (y no es que todos sean válidos, en eso podremos estar de acuerdo) creo que es necesario imponer una prueba de evaluación de conocimientos al final de cada ciclo o del periodo de residencia. Un "MIR post-MIR". Esta prueba existe en casi todos los países y me parece esencial en este momento en España.



La actitud de los MIR.
No voy a decir que la mayoría sean así, pero he percibido en un porcentaje no escaso de residentes que valoran su periodo de MIR como unas prácticas remuneradas. Es posible que se deba a que en los últimos años es improbable quedarse sin plaza tras el examen como ocurría cuando aprobaba un 10-20% de los candidatos y, por tanto, lo que cuesta menos se valora menos. Si esta actitud de "yo voy detrás de tí a ver qué haces" ya me fastidia en los estudiantes durante sus prácticas, en los residentes me parece completamente inaceptable. Son médicos y por tanto responsables de sus actos básicos. No estoy en contra del sistema de responsabilidad progresiva, que me parece excelente, pero sí de que estén tan protegidos que su función pierda ese componente de responsabilidad inherente al ejercicio médico. Porque al día siguiente de terminar se encuentran de bruces con el peso de la misma.

Las guardias.
Muchas comunidades autónomas han limitado el número de guardias a sus residentes. Esto es especialmente grave para la formación de los residentes de algunas especialidades quirúrgicas. La cirugía de urgencias les permite adquirir conceptos y destrezas que no se pueden adquirir en la programada.

Por otro lado, se han reducido la duración y número de jornadas laborales (libranzas de guardias, cumplimiento estricto de jornada), por lo que se debería valorar la ampliación del periodo de residencia en estas especialidades.

La reducción del número de guardias me parece un fraude al residente. Si las comunidades autónomas no tienen dinero para garantizar una formación de garantías, lo que deben hacer es reducir el número de plazas para formar convenientemente a los que puedan permitirse. Lo contrario se pagará en un futuro no lejano.

Los tutores.
Por tanto, la formación de los residentes depende de muchos factores. Unos relacionados con el servicio de salud y el hospital que los contrata, otros de su aptitud y actitud. Pero no quiero olvidarme de mí mismo y de mis compañeros tutores. Porque dependiendo de dónde ponemos el listón, así de alto llegarán nuestros residentes. No podemos permitirles que desaprovechen este periodo de formación y debemos ser exigentes, por mucho que la cultura del esfuerzo no esté de moda. O quizás por eso; España está donde está por algo. Pero esto cuesta un esfuerzo, no sólo de tiempo, sino una vez más de actitud, que sólo se premia con el posible agradecimiento del pupilo, porque el sistema no contempla compensación efectiva.

En conclusión, el sistema requiere de cambios de índole diversa para garantizar que la sanidad española tenga los mejores médicos. Cambios normativos, curriculares y de organización, para que tener residentes siga enriqueciendo a los servicios por los que pasan y ellos salgan con la mejor formación posible.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Cruz Roja y la donación de sangre

Recientemente se ha criticado en muchos medios la decisión de la Consejería de Sanidad de Madrid de traspasar el servicio de extracción de sangre a la Cruz Roja. Como con cualquiera de las decisiones recientes en materia de sanidad del Gobierno de Madrid, se ha creado un gran revuelo. Dado que la sanidad es uno de los pilares del estado del bienestar, la Comunidad se equivoca adoptando, sin el mínimo consenso, medidas de garantía de su sostenibilidad que requerirían, al menos, un amplio acuerdo. Como consecuencia de ello contamina de polémica todo aquello que toca. Y de esta manera salpica gravemente a la Cruz Roja española.
La Cruz Roja española tiene cerca de 190.000 voluntarios y 909.000 socios en España. Además de atender situaciones de crisis internacional, Cruz Roja española ha tomado un papel fundamental en la atención a los desfavorecidos. En 2012 ayudó a 1.200.000 personas afectadas por la crisis, a través del reparto de alimentos y ropa, apoyo a la inserción laboral, a las personas sin hogar o como refuerzo a los niños en situación escolar de riesgo.

La organización se financia a través de subvenciones en un tercio de su presupuesto, y sólo un 6% por donaciones, correspondiendo un 41% a prestaciones de servicios (según este informe de Eroski Consumer).

Entre las prestaciones de servicios está la organización y gestión de bancos de sangre. Históricamente este servicio tiene su origen en las guerras, y siempre ha sido la Cruz Roja la que se ha encargado fundamentalmente de esta función. Por eso en muchos países la Cruz Roja mantiene un papel fundamental en tiempos de paz. Por ejemplo, el centro de transfusión de Madrid fue fundado en 1960, ya entonces con el objetivo de promover la donación de sangre voluntaria y no remunerada.

Hasta la década de los 70 no se prohibió en España el pago por donaciones. En países como Alemania hoy en día la donación es retribuida a los donantes con cantidades de hasta 20€ en empresas, hospitales universitarios, etc; no así en la Cruz Roja alemana. La donación gratuita es una forma excepcional para garantizar la mejor calidad; en Sudáfrica, con una prevalencia del 23% de infección por VIH en la población general, solo el 0,02% de las donaciones son positivas para VIH. Pero la gratuidad en la obtención de la materia prima no quiere decir que todo el complejo proceso, hasta la transfusión al paciente necesitado, sea gratis, ni siquiera barata. Y se obtienen muchos otros productos, en los que España es deficitaria.

En definitiva, creo que Cruz Roja debe tener cuidado con sus compañeros de viaje. Debe hacer un esfuerzo por explicar la situación e informar a la sociedad madrileña sobre si realmente se va a lucrar con el servicio a la Comunidad de Madrid y si esta en realidad realiza una privatización encubierta. Y los medios deben tratar de evitar, en un asunto tan crucial, contaminar a instituciones que en general hacen un trabajo de un interés social de primera magnitud.


viernes, 6 de diciembre de 2013

Enchufados

En estos días se habla mucho del Consejero de la Junta de Castilla-La Mancha que según una información periodística ha conseguido que operen a su esposa de una hernia discal saltándose todas las listas de espera. El consejero ha concluido que él no hecho nada feo, y que en realidad ha sido el médico el que ha adelantado en la lista a su esposa. El cirujano lo confirma.

En este asunto veo dos aspectos. Por un lado el hecho de que se pueda haber priorizado a una persona conocida pasando por encima del conjunto de sufridos asegurados. Y por otro lado la reacción de un político ante la evidencia de que se ha aprovechado de su posición en beneficio propio.

Para empezar por el final, no me sorprende que un político en España sea incapaz de asumir su error. Evidentemente, en cualquier país desarrollado este señor, abrumado por la vergüenza, si se confirmara el trato de favor, dimitiría. En España, donde los políticos están acostumbrados a ser reelegidos incluso cuando es más que probable que sean unos chorizos, ¿quién va a dimitir por semejante tontería? Bueno, pues yo creo que este señor debería irse si se confirma que se aprovechó de su posición. Por decencia.

Sin embargo, también hay que decir que en España la lista de espera no es para todo el mundo. Familiares de empleados del hospital, de directivos de los servicios de salud, de periodistas u otros personajes destacados de cada población, de amigos del jefe de servicio, de famosos o famosetes, etc, pueden entrar en las listas de espera con carácter preferente o urgente a pesar de tratarse de enfermedades como las de cientos de personas anónimas que esperan un tiempo más o menos largo, según el hospital o patología. Las habitaciones individuales se reservan para estos "enchufados" o "recomendados". Y eligen médico, entre otras prebendas menores.

Probablemente esta actitud traduzca la forma de ser general en España. El enchufismo abarca todos los aspectos de la vida nacional, y muchas veces se acepta sin gran discusión. Quizás sea el momento de plantearse si queremos seguir así. No es aislado, es algo que forma parte de la renovación que España debe proponerse para no volver a caer en el agujero del que estamos intentando salir, no por culpa de los bancos o los políticos, si no por culpa de nuestros pecados como sociedad foermada por una pléyade de vagos, caraduras y enchufados.

Todos menos yo, claro.