Recientemente se ha criticado en muchos medios la decisión de la Consejería de Sanidad de Madrid de traspasar el servicio de extracción de sangre a la Cruz Roja. Como con cualquiera de las decisiones recientes en materia de sanidad del Gobierno de Madrid, se ha creado un gran revuelo. Dado que la sanidad es uno de los pilares del estado del bienestar, la Comunidad se equivoca adoptando, sin el mínimo consenso, medidas de garantía de su sostenibilidad que requerirían, al menos, un amplio acuerdo. Como consecuencia de ello contamina de polémica todo aquello que toca. Y de esta manera salpica gravemente a la Cruz Roja española.
La Cruz Roja española tiene cerca de 190.000 voluntarios y 909.000 socios en España. Además de atender situaciones de crisis internacional, Cruz Roja española ha tomado un papel fundamental en la atención a los desfavorecidos. En 2012 ayudó a 1.200.000 personas afectadas por la crisis, a través del reparto de alimentos y ropa, apoyo a la inserción laboral, a las personas sin hogar o como refuerzo a los niños en situación escolar de riesgo.
La organización se financia a través de subvenciones en un tercio de su presupuesto, y sólo un 6% por donaciones, correspondiendo un 41% a prestaciones de servicios (según este informe de Eroski Consumer).
Entre las prestaciones de servicios está la organización y gestión de bancos de sangre. Históricamente este servicio tiene su origen en las guerras, y siempre ha sido la Cruz Roja la que se ha encargado fundamentalmente de esta función. Por eso en muchos países la Cruz Roja mantiene un papel fundamental en tiempos de paz. Por ejemplo, el centro de transfusión de Madrid fue fundado en 1960, ya entonces con el objetivo de promover la donación de sangre voluntaria y no remunerada.
Hasta la década de los 70 no se prohibió en España el pago por donaciones. En países como Alemania hoy en día la donación es retribuida a los donantes con cantidades de hasta 20€ en empresas, hospitales universitarios, etc; no así en la Cruz Roja alemana. La donación gratuita es una forma excepcional para garantizar la mejor calidad; en Sudáfrica, con una prevalencia del 23% de infección por VIH en la población general, solo el 0,02% de las donaciones son positivas para VIH. Pero la gratuidad en la obtención de la materia prima no quiere decir que todo el complejo proceso, hasta la transfusión al paciente necesitado, sea gratis, ni siquiera barata. Y se obtienen muchos otros productos, en los que España es deficitaria.
En definitiva, creo que Cruz Roja debe tener cuidado con sus compañeros de viaje. Debe hacer un esfuerzo por explicar la situación e informar a la sociedad madrileña sobre si realmente se va a lucrar con el servicio a la Comunidad de Madrid y si esta en realidad realiza una privatización encubierta. Y los medios deben tratar de evitar, en un asunto tan crucial, contaminar a instituciones que en general hacen un trabajo de un interés social de primera magnitud.
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