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En España, país de Europa con mayor penetración de teléfonos inteligentes, se ha producido un boom gigantesco de las aplicaciones para estos dispositivos. El "Informe 2014 sobre aplicaciones de salud" indica que generarán en 2015 un volumen de negocio de 4.000 millones de euros en España; el cine aportó en 2011 unos 2400 M€, como comparación. La aplicaciones médicas no están diseñadas solamente para los profesionales de la salud, sino que se dirigen en su mayoría al gran público, ya sea como fuente de información médica o farmacéutica, ya sea como entretenimiento o ayuda a mantener la forma física o una alimentación sana.
Quizás debamos introducir un sistema regulatorio en la mHealth del mismo modo que existen regulaciones para cualquier aparato diagnóstico o terapéutico relacionado con la salud. Quiero suponer que nunca llegaremos al nivel de las películas de ciencia-ficción, en las que las máquinas son los mejores médicos. Por tanto, no creo que lleguemos a sustituir nuestros carteles de los hospitales.
En la práctica, la mayoría de los médicos reconocemos cuándo un paciente ha buceado en Google buscando información sobre su enfermedad. La falta de una regulación a la hora de que cualquier persona pueda introducir datos en la red (algo que sería imposible) hace que la información sea vastísima (y en ocasiones bastísima), con lo que no es fácil distinguir la verdad de la mentira, la realidad de la ficción o lo interesado de lo útil. Yo mismo, en un caso de una enfermedad de un familiar, apagué el ordenador a los cinco minutos de buscar información de su patología en Internet. Incluso para mí era difícil encontrar una información que fuera, no solo veraz, sino ajustada a lo que buscaba. Así que no quiero ni pensar los sudores que le entrarían a cualquier lego.
Respecto a las aplicaciones, creo que sería prudente que, del mismo modo que los médicos damos información sobre las enfermedades, ayudemos al paciente recomendándole o, en caso contrario, advirtiéndole de los riesgos de las aplicaciones médicas que pueda interesarle en su situación particular. Desgraciadamente carecemos en general de conocimientos e información suficientes como para ayudar a nuestros pacientes en estos temas.
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iTOX: aplicación destinada a profesionales, con información sobre 2500 sustancias susceptibles de producir envenenamientos.
MEC: aplicación que realiza una llamada de emergencia si percibe que el propietario del teléfono, viajando en coche, moto o bicicleta, sufre un accidente. Es española y de momento la única que es capaz de `percibir' la existencia de un accidente. Es similar a los sistemas que equipan los coches de alta gama para informar a una central telefónico sobre la existencia de un accidente del vehículo. Mejor no tener que llegar a usarla.
El logotipo de la Wii viene a aparecer aquí porque parece demostrado que esta y otras consolas son útiles para mejorar la rehabilitación de pacientes que han sufrido accidentes cerebrovasculares.
Vital Signs Camera es una aplicación de Philips que parece capaz de detectar la frecuencia respiratoria y la frecuencia cardiaca a través de la cámara del móvil. Sólo está disponible para iPhone y iPad, pero parece una forma evidente de demostrar hacia dónde se dirige la tecnología.
Qloudlab promete ser capaz de realizar análisis con la simple colocación del dedo sobre la pantalla del teléfono. Como en el caso de la aplicación anterior probablemente no esté madura para aplicaciones útiles en el momento actual, pero prometen un futuro a corto plazo muy interesante.
Las aplicaciones ginecológicas como las mostradas permiten documentar los datos básicos de la cartilla de embarazo. Otras aplicaciones, sin duda simpáticas, rivalizan con Ogino y sus métodos "anticonceptivos".
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