Mi primera prueba ha sido muy genérica: "Los médicos (son)..."
Las dos primeras entradas me llaman la atención, ya que no esperaba esas sugerencias, que interpreto en relación con el momento económico. Para los españoles el médico está desposeído de su condición de profesional liberal y ya es visto mucho más como un asalariado. Mejor no profundicemos en la percepción que del funcionario se tiene en nuestro país...
Otra sugerencia al menos curiosa son los "médicos del cielo", que parece un negocio de una vidente que ha hablado con seres extraterrestres, con los que se puede empezar a hablar tras seguir unos cursillos que, supongo, se podrán abonar sólo en metálico. Parece que tiene más seguidores de lo que los psiquiatras desearían.
Concretando un poco más, busco "El médico...", en singular. Los resultados son los siguientes:
Como se aprecia hay referencias al título de libros o publicaciones pero también una concesión al "momento Telecinco", reflejo de que también hay cibertelebasura.
Más interesante me parece la sugerencia sobre la distinción o identidad del 'médico' y el 'doctor', evidente en muchos países, sobre todo germánicos, pero más laxa por estas latitudes.
La última propuesta de Google, el médico es un comunicador, me sorprende y me alegra, como convencido que soy de la labor de comunicación del médico, y demuestra el interés que esta faceta despierta hoy; que espero que sea superior al que levanta Paquirrín...
La siguiente búsqueda me lleva a "mi médico es...". Pensando en obtener un montón de insultos, resulta que las sugerencias van más orientadas a la vida sexual o familiar:
No sé si pensar que a mucha gente le pueda preocupar que le explore un médico invertido* o es que en internet cualquier palabra puede aparecer en relación con términos como gay, teta o culo.
Por último me quise ir al lado de la negación y el resultado de escribir "mi médico no..." es el siguiente:
Las sugerencias nos llevan al lado burocrático de la función del médico en España; y quizá a confirmar la impresión que muchos tenemos en España de que aquí el que trabaja es porque es tonto o no le engaña a su médico; al fin y al cabo, el absentismo y la falta de espíritu de trabajo es coresponsable de la situación decrépita en la que se encuentra el país.
Por tanto me ha parecido una experiencia interesante, por supuesto sin más intención que la de pasar un rato divertido. Al menos no han aparecido palabras como impresentable, inútil, vago y otras que, como veremos en unos días, sí aparecen cuando repetimos el proceso en otros idiomas.
* NOTA: es mi tercera entrada en el blog y me acabo de dar cuenta una vez más de que es más difícil escribir de lo que parece y hay detalles que se me escapan. Por ejemplo el uso del término "invertido" sin comillas ni cursiva me ha resultado chocante cuando he releído la entrada unos días después de publicarla. Su uso debería transmitir ironía; el hecho ridículo de que a alguien le explore un/a médico gay me ha llevado a utilizar un término 'setentero', tan trasnochado como la propia homofobia. Disculpen esta nota, pero me hubiese resultado desagradable que el primer comentario a mis post fuera una protesta por este hecho. Aprenderé, prometido.
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