La buena noticia de la mejoría, esperemos definitiva, de doña Teresa Romero,
ocupa hoy felizmente a los periodistas. Se repasa la cronología de
su enfermedad: la sorpresa de su contagio, la chapuza organizativa y de
comunicación de las autoridades sanitarias, los desmanes periodísticos y
otros aspectos de este caso que aún darán para hablar mucho tiempo.
Tras su curación y, esperemos, la salida del aislamiento de todos los
demás implicados pasaremos a ver las consecuencias políticas de este
episodio. Como español consciente de dónde vive, supongo que serán entre
escasas y nulas.
Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención en la prensa de esta
mañana ha sido el decidido reconocimiento al trabajo de quienes se
han ocupado de la paciente. El medio sanitario siempre conlleva algún
riesgo, aunque en general creo que bastante bajo. Quizá alguna
exposición a virus como el de la hepatitis, o el VIH, pero con baja
probabilidad. Yo no creo que esta profesión sea "de riesgo" como he
leído en algún artículo. “Más duro es el andamio”.

Siempre me ha parecido muy cinematográfico cuando un paciente me dice "doctor, me ha salvado usted la vida”. Porque es mi trabajo. Me produce gran satisfacción poder dar el alta a un paciente oncológico operado, tras un seguimiento de 5, 6 o 7 años, por supuesto. El agradecimiento expresado por un paciente y por su familia, incluso si las cosas han ido mal, es lo que, ahora mismo, más me gratifica en un contexto en que nuestro trabajo cada día tiene que pelear más contra un ambiente deshumanizado y políticamente podrido.
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Serían dos cadáveres políticos en cualquier otro país, aquí aún tienen recorrido |
Ahora sólo espero que el infame Consejero de Sanidad de Madrid sea capaz de callarse y no aprovecharse del trabajo que han hecho sus empleados, a pesar de su manifiesta incompetencia. Ha pasado el momento de sainetes, señor consejero, ahora va siendo hora de hacer un discreto mutis por el foro, para siempre.
Por eso
yo sí quiero transmitir con humildad mi agradecimiento a esos
trabajadores sanitarios que han hecho tan bien su trabajo en este caso
tan significado. Doña Teresa vive porque la medicina de hoy lo permite, pero
sobre todo porque ellos han cumplido con su obligación de forma
competente, poniendo su vida verdaderamente en riesgo. Gracias,
compañeros, por demostrar vuestra profesionalidad y vuestra valentía.
Vídeo: Laboratorio Nivel 4, Boston